La evidencia bibliográfica sobre Corocoro como ciudad cuna de la danza, el traje y la máscara del Ch’uta.

 Por Mario R. Durán Chuquimia (*)

A mi madre Yolanda Chuquimia, quien mediante sus recuerdos convertidos en palabras mantuvo vivos los relatos e historias de Corocoro.


Zoila Balboa Torrez y niño de la familia Ugarte (Corocoro - 1920)

Días de carnaval en Bolivia. Con el paso del tiempo y la persistencia de diferentes actores, se ha valorizado una verdad histórica, que afirma que la ciudad minera de Corocoro, es la ciudad cuna de la danza, el traje y la máscara del Ch’uta. En el pasado, Corocoro fue declarada capital del extinto departamento de Mejillones, durante el gobierno de Melgarejo mediante Decreto de 1° de enero de 1867 y posteriormente, por Ley de 25 de noviembre de 1895 promulgada durante el gobierno de Mariano Baptista, fue elevada a rango de ciudad, y si retrocedemos en el tiempo, incluso llega al tiempo de Tiahuanaco.  


Corocoro fue una de las ciudades más importantes de Bolivia, en el Censo de Población de 1900 tenía 15000 habitantes, para efectos de comparación, la ciudad de Oruro en el mismo Censo tenía una población de 15808 habitantes. La ciudad de Corocoro y sus habitantes protagonizaron hechos históricos importantes, en Corocoro, nacieron y vivieron destacadas personalidades, entre ellas, Ismael Montes y Enrique Hertzog , presidentes de Bolivia; Juan Lechín Oquendo, dirigente minero y vicepresidente de Bolivia; Luciano Tapia, primer candidato indígena a la presidencia de Bolivia, y otras autoridades de Estado, cuya lista sería larga de enumerar. 


Corocoro - 1907 (Archivo BM Gismondi)

La actividad económica principal de Corocoro fue y es la explotación del cobre, los yacimientos tenían alta pureza e incluso se encontraban en “charquis”, similares a lonjas de carne desecadas al sol y sal, la importancia del yacimiento de cobre fue tal, que transformó la ciudad de Corocoro, en una ciudad cosmopolita, por lo que se tiene referencias históricas de la presencia de ciudadanos ingleses, estadounidenses, franceses, alemanes, noruegos, yugoslavos, árabes, también de vecinos peruanos y chilenos que trabajaron en diferentes periodos de tiempo en la explotación del cobre. Así también, los indígenas paka jaqis se transformaron en obreros y se registró la presencia de la burguesía blancoide propia de la república. 


En las festividades de Carnaval, que en esencia es un espacio donde se rompe todo orden social y las clases sociales se igualan en la fiesta y la diversión, la simbiosis cultural entre lo indígena, lo obrero y lo extranjero en Corocoro, alrededor del año 1910, dio origen a la danza, el traje y la máscara del Ch’uta.


Corocoro (1920) - sector de Yanabarra (Archivo Familia Balboa)


Estos elementos adquieren un carácter singular en la ciudad cosmopolita de Corocoro, expresados en el traje propio de habitantes de origen indígena y urbanos de principios de siglo, el bordado del traje con elementos relacionados con el ciclo agrícola indígena, la máscara hecha de tocuyo, alambre tejido y yeso que representa a los habitantes extranjeros presentes en Corocoro mediante el rostro pintado con mejillas rosadas, ojos celestes, bigotes al estilo del alemán Kaiser Guillermo, la voz en falsete en burla a dichos extranjeros que ocupaban el lugar de los patrones en las minas de cobre de Corocoro. 


Las bandas de música de instrumentos de bronce tocaban los ritmos musicales propios de la danza del Ch’uta, siendo los pasos de baile, como de un huayño rápido y saltadito, se baila en pareja y a veces, en homenaje a los caídos en la Guerra del Chaco, el Ch’uta baila con dos mujeres, su pareja, y la madre viuda. Se baila en colorida comparsa.  


Sobre la danza, el traje y la máscara del Ch’uta en Corocoro, que  llamó la atención a propios y extraños, existen registros fotográficos de las primeras décadas del siglo XX de la danza del Ch’uta en Corocoro; testimonios orales y fotográficos de los bordadores creadores del traje y la máscara del Ch’uta; y registros bibliográficos, entre estos, los escritos del destacado intelectual Antonio Paredes Candia (La Paz, 1923 - 2004) , quien en su libro “Fiestas Populares de Bolivia” en el capítulo octavo titulado “Danzas y disfraces tradicionales”, de julio de 1955, escribe y transcribo la cita textual:

 

El Chuta: Disfraz preferido por el individuo de la clase popular, tan tradicional como el pepino, pero sensiblemente va desapareciendo en los últimos años. Se lo conoce también por los nombres de aljeris y corocoreños. Tiene su origen en el antiguo traje del ponguito. 


Danza del Ch'uta, ilustración Antonio Paredes Candia

El traje del chuta consiste en una chaquetilla de color, corta y dormanada (bordada) con trensillas multicolores haciendo dibujos caprichosos y arabescos, sobresaliendo las figuras del sol, animales fabulosos, estrellas, aves, leones, flores, creaciones de los bordadores que distribuyen por todo el cuerpo con arte y buen gusto. El pantalón en la parte superior o del muslo es abombachado y en la inferior casi pegado a la canilla y con una corta partidura trasera, de donde salen volados de encaje y colgantijos de cintas de colores. La delantera del pantalón lleva bordados similares. Cuelga a manera de tahalí una chuspa (bolsa indígena) adornada de borlas multicolores. La camisa blanca o azul, y la corbata de colores chillones. Sostiene el pantalón una faja indígena tejida en varios colores. Los calzados a gusto y economía del disfrazado.


La careta es de alambre milimétrico, aprensada en un molde de rostro de rasgos regulares; tiene pintado sobre el fondo rosado que simula la tez, ojos, boca y nariz. Pegado a la careta bigote retorcido, tipo kaiseriano; barba cuadrada confeccionada de crines color café. De bigote a bigote le cuelga un adorno hecho de cuentas con tres borlas diminutas de seda. La careta se sostiene sobre la cabeza por medio de un cerquillo de crines blancas, encarrujadas hacia afuera, que cae alrededor del cráneo. Sobre la falsa peluca lleva puesto un lluchu (gorro indígena), tejido en blanco y negro y a veces multicolor. Algunos agregan un sombrero de paja con toquilla de color.


El chuta también habla con voz de falsete y se divierte en comparsa, en pequeños grupos y muy rara vez solo, pero siempre seguido de chiquillos o pueblo en general, que corea sus diabluras.


Cuando está en comparsa su pareja es la chola, engalanada con jubón de terciopelo, bordado de cuentecillas en el pecho, las mangas y el cuello, pollera de seda o terciopelo y sombrero de fieltro de forma bombín.


Ponguito, diminutivo de Pongo, palabra aimará castellanizada que deriva de Puncu, que en dicho idioma es puerta. Es el nombre del indígena que cumplía una obligación gratuita para el dueño de una hacienda. Debía llegar a la casa del patrón el día sábado y residir en ella una semana con el oficio de portero. Era algo así menos que un siervo dentro la organización oligárquica de Bolivia. Dormía en el suelo, se cubría con andrajos, lo alimentaban como al perro con los desperdicios. Cuidaba la puerta de calle, día y noche; y recibía en pago puñadas y puntapiés de sus patrones los terratenientes.


Esta referencia histórica escrita en julio de 1955, por Antonio Paredes Candia, es recogida por Ramiro Cusicanqui, en la investigación histórica titulada: “Corocoro: Cuna del Ch’uta” (2009); así también, existen abundantes testimonios fotográficos publicados en las redes sociales virtuales por descendientes de los pobladores de Corocoro, que muestran diferentes facetas de Corocoro y entre estas, la máscara, traje y la danza del Ch’uta.

        

En contraste, hay otra población, que valiéndose de subterfugios políticos obtuvo una nominación, falseando referencias históricas, confundiendo una celebración  religiosa católica con el Carnaval e incluso mostrando fotos de Corocoro, dicha población pretende arrogarse la calidad de cuna del Ch’uta, por lo que, corresponde realizar un minucioso análisis de las “supuestas pruebas” que dicen tener y demostrar su falsedad. 


Fuente.

Por lo que queda como tarea permanente, para quienes vivieron en Corocoro, la recuperación y la valorización de la riqueza histórica, social y cultural de la ciudad de Corocoro en general; y en particular, la promoción  de  Corocoro, como cuna de la máscara, el traje y la danza de Ch’uta. Dicha tarea se debe manifestar en redes sociales virtuales y medios de prensa en las épocas de Carnaval por la atención concitada en las danzas de Bolivia, con el objetivo de que en los lugares donde se baile Ch’utas, se reconozca el origen y la historia de esta expresión cultural.

 (*) El autor vivió parte de su niñez en Corocoro y es miembro del Centro de Estudios e Investigación Social "Yolanda Chuquimia".


Bibliografía consultada:


Cusicanqui, Ramiro. 2009. Corocoro: Cuna del Chuta. La Paz: Satélite Graf.

Durán Chuquimia, M. R. (2022, julio 31). Sobre la fecha de Fundación de Corocoro. https://corocoro-la-paz-bolivia.blogspot.com/2022/07/sobre-la-fecha-de-fundacion-de-corocoro.html 

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografía de Antonio Paredes Candia». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/paredes_candia.htm [fecha de acceso: 9 de febrero de 2024].

Paredes Candia, Antonio (1976). Fiestas populares de Bolivia. Librería-Editorial Popular.

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