Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2020

Propuesta inicial para la creación de un Museo Histórico para Corocoro

Imagen
Son días de Carnaval y Corocoro adquiere mayor relevancia, ya que es la cuna de la danza y del traje del Chuta. Son días donde sus otrora habitantes retornan a Corocoro, pues la tierra llama. Son días para que Corocoro tenga el bullicio de antaño, de encuentro de personas que disfrutaron de la plenitud de Corocoro, donde se cruzan saludos, se recuerdan rostros y anécdotas. Son días para visitar el Condor Jipiña, guardián pétreo de Corocoro, la iglesia de inspiración holandesa, la plaza del Minero, la del ex-combatiente y la plaza 15 de agosto, la iglesia del Tata Guallatiri, visitar los restos de los "cuadros", torres de acero que transportaban a los mineros al vientre de la Pachamama y caminar por las calles recordando tiempos mejores de Corocoro.  Son días para bailar la danza del Chuta, con pasos y traje originales, proclamar a quien quiera escuchar, que Corocoro es la cuna de la danza y el traje de esta danza tradicional y cuestionar que otras poblaciones pretende

Corocoro, capital cuprífera de Bolivia

Imagen
Fuente de la Imagen. por Guillermo Hidalgo Cusicanqui (2014) La fundación de COROCORO se remonta a la época un tanto difícil de determinar, ya que las minas de cobre eran explotadas desde los tiempos incaicos (por lo que se no se puede precisar el año de su fundación), según indica el célebre cura de la matriz de Potosí Presbítero Barba en su obra “Beneficio de metales” publicado por el año de 1612. Durante el coloniaje los españoles no hicieron aprecio del mineral del cobre, por su bajísimo costo y su aplicación, sólo después de la independencia Alto-peruana la explotación de este mineral fue tomando importancia, dando lugar a la vez, para la formación de una población cercana a las minas. Como emergencia de la controversia judicial sobre propases y exploraciones clandestinas entre la Compañía The Corocoro United Cooper Mines Ltd. y Corocoro de Bolivia, se conocieron documentos que revelan que los señores Fermín Rejo, Victoriano Gurruchaga, M. Mollet y otros,