La histórica batalla de Milluni contra el “sistema de mayo”



Congreso minero en la década de los 50.

Luis Oporto Ordóñez / Carola Campos Lora /

Edgar Ramírez (1947-2021) afirmaba que Milluni fue el Leningrado de Bolivia, en analogía a la heroica batalla que libró el sindicato minero de ese distrito, liderado por su dirigente sindical, el 24 de mayo de 1965, ordenada por el Gral. René Barrientos Ortuño. Juan Lechín (1914-2001), con respeto al legendario héroe minero, lo llamaba “El Gran Natalio”. Esta su historia.

El “Gran Natalio” y la milicia minera de Milluni

Natalio Mamani Calle nació en Corocoro el 1° de diciembre de 1928. Hijo de arrieros, trajinó la región andina desde niño, cursó hasta tercero de primaria, suficiente para dominar la palabra y cultivar la escritura. El 9 de noviembre de 1952 contrajo matrimonio con Valentina Apaza Coronel, con quien formó su hogar y procrearon doce hijos.

Natalio Mamani ingresó como carrero a la mina de Corocoro. A los 20 años de edad ingresó a Millluni como “cañerista” y pasó a la Maestranza, labores en las que “ganaba muy poquito y por eso pidió el cargo de “perforista” y entonces empezó a ganar mejor”, recuerda su esposa. Natalio era deportista y destacó como back, junto a su hermano. Equipos, como Bolívar con Agustín Ugarte, visitaron el centro minero. Organizó un campeonato interprovincial en el que Pacajes salió campeón. Fue elegido delegado seccional, empezando una fulgurante trayectoria sindical y política. Admiraba a Mao Tse Tung y a César Lora.

Milluni, centro minero de 5.000 habitantes, era la sede de la Empresa “Fabulosa Mines” que producía 70 TMF al mes, con 530 trabajadores. Dominaba su centro urbano una plaza, una radio potente y un teatro. El célebre artista de la Revolución, Miguel Alandia Pantoja pintó un mural con una alegoría del triunfo de los mineros sobre el Ejército de la Rosca. 


1952 fue el año de la consagración del distrito combativo de Milluni. En las jornadas de abril, la acción de los mineros fue determinante para volcar la correlación de fuerzas. Salieron por Chacaltaya hacia El Alto, tomaron la Base Aérea y con las armas, bajaron al bosquecillo de Pura Pura y se incorporaron a las milicias armadas que derrotaron al Ejército. El joven delegado seccional Natalio Mamani, destacó en esas acciones. Elegido Secretario General asumió la conducción de la milicia, organizada en escuadras, secciones y compañías, uniformadas con impermeables amarillos, cascos y fusiles al hombro.

La histórica batalla del 24 de mayo de 1965

El golpe del 4 de noviembre de 1964, desembocó en una ofensiva contra el movimiento obrero. El 1° de mayo de 1965, los trabajadores hicieron una gran demostración independiente de sus fuerzas. Barrientos ordenó la detención y exilio de Juan Lechín al Paraguay y la ocupación por asalto de los centros mineros, que “trataron de capturar Kami, lo que no fue posible por la resistencia de los trabajadores cooperativistas, pero sí tomaron Telamayu y otras minas de Consejo Central Sur, con derramamiento de sangre proletaria”. El ataque militar a Milluni empezó a las 8:00.

En una entrevista de 2017, la esposa de Natalio y sus hijos Rosario y Javier Mamani, reconstruyen la batalla del 24 de mayo. “La milicia minera, en unión con campesinos, parapetada en la altura estratégica del Huayna Potosí, embosca una patrulla de 15 soldados. Ellos han pedido tregua, pero no había sido así, pues por Huayllatani han subido, otros por Milluni han dado la vuelta; con tanques han entrado”. A las 10:50, toman el campamento. “Un grupo se trasladó hasta la emisora “Huayna Potosí” y se dedicó a desmantelarla” estableciendo su cuartel general en el auditorio de la Radio, “en el escenario, debajo de un mural pintado por Alandia Pantoja, muchos soldados tendieron sus camas”. Otro grupo se dedicó a recorrer el campamento haciendo prisioneros y decomisando armas. Los mineros responden con tiros de fusil y dinamita, durante la tarde y la noche. “El fuego continuaba intenso, pero esta vez era la aviación la que actuaba”. 

Los cazas Mustang F-51 y AT 6, ubicaron las antenas de Radio Milluni como objetivos. Presencia informó que ante la amenaza de bombardeo trasladaron a los 15 soldados y “los colocaron amarrados a los cables de luz que circundan la zona a fin de que estos reciban los impactos de los aviones Mustang”, pero Valentina afirma que “los mineros habían logrado interceptar la frecuencia militar y conocieron los planes de bombardear las antenas para acallar la radio. Fue entonces que cinco ‘buzos’ (espías) apresados en una de las asambleas, fueron llevados a las antenas donde los maniataron, y por la radio hicieron conocer que tenían cinco rehenes, entonces no bombardearon”. 

La aviación optó por tirar volantes al centro minero: “Trabajador boliviano: No permitas que tus organizaciones sindicales sean destruidas por un pequeño grupículo de agitadores extremistas… al servicio del comunismo”, “Estudiante boliviano: Tus padres han confiado y puesto en tus manos los caros anhelos que ellos se forjaron a través de años. No los defraudes, vuelve a tus aulas”.


La esposa de Natalio y sus hijos.

El 29 de mayo Barrientos y Ovando entran a Milluni con fuerte escolta y aviones sobrevuelan el distrito. “Un obrero, Arturo Villanueva, echó la culpa del malestar social a Paz Estenssoro y acusó a Natalio Mamani de no haber rendido cuentas de los fondos sindicales. Vicente Sosa dijo que ‘los grandes pícaros han escapado’. Alejandro Chuquimia, excombatiente del Chaco ‘lo calificó como amo y dueño de Milluni’ y lo sindicó de haber recibido armas de Paz y le hizo cargo de 80 millones de bolivianos”,  Javier Camacho lo sindicó de “comunista”, como informó El Diario. Era un plan para desprestigiar a los dirigentes.

Natalio Mamani, en un informe imparcial y objetivo a la FSTMB, fechado el 5 de octubre de 1965, desmiente a los militares: “en Milluni, la lucha fue valiente y sangrienta, frente a más de 8.000 soldados y 12 aviones de guerra que nos emplazaron los gorilas, hemos peleado todos, hasta nuestras señoras e hijos, hubieron muchas bajas, tanto del Ejército como de parte nuestra. Se derribó dos aviones. Nuestra pelea duró casi 24 horas… Fue una caída valiente porque los revolucionarios debemos caer luchando en el campo de batalla, en defensa de nuestros compañeros y el Pueblo todo”. Aclara que “pese a todo, el apoyo de los c.c. es una potencia. Ellos por ahora no pueden decir nada, porque están amenazados de perder la pega”.

Vida en la clandestinidad

Valentina Apaza sufrió las consecuencias de la ocupación militar. Las fuerzas represivas la tomaron como rehén junto a sus siete hijos. “No vas a salir mientras no digas dónde está tu marido”, vociferaban los militares. Sabían que Natalio estaba en interior mina pero nunca lo delataría. “Todo han saqueado. Plata querían pescar: el tumbado, el colchón, todo lo han deshecho”. Las propias mujeres la recriminaron pero Valentina no se rindió. La Empresa ordenó su expulsión del campamento y subieron sus escasas pertenencias en un camión que enrumbó a El Alto pero luego se marchó a Corocoro, acogida por Alicia, hermana de Natalio. Sobrevivieron elaborando salteñas y comida. Durante años, mientras su esposo estuvo preso o en el exilio, ella sostuvo el hogar.

Milicianos de Milluni en 1952.

Natalio, herido de bala en el pie se refugió durante cinco días en interior mina con dos compañeros. Se fue a los Yungas en busca de contactos de la FSTMB. En La Chojlla, un paisano lo reconoció: “Natalio te están buscando los militares”, le dijo y lo escondió en su casa, hasta curar sus heridas. En La Paz se refugió en el local “Las Peñas” del “Negro Larrea”. Aparecieron los ‘tiras’ y advertido por su amigo, se fue a Corocoro. Su hijita durmió con él y en la madrugada se marchó a la comunidad de su madre que le contactó con un camionero que transportaba cebada, llevando a Natalio y su hermano hasta la frontera. En el desierto Natalio desfalleció, pero su hermano deportista de recia constitución física lo cargó hasta llegar a Caquena y pidieron asilo.

En una carta a Mario Torres Callejas, Natalio revela lo acontecido. Una patrulla fronteriza los trasladó a Arica, allí se reunieron con Federico Escobar, Zenón Barrientos Mamani y otros dirigentes. Mario Torres, desde La Paz, le ofreció viajar a China. Natalio estaba muy bien informado de lo que sucedía en su distrito: “Los dirigentes no hacen ninguna labor, están manejados por el Coordinador (pseudo dirigentes nombrados por la dictadura). Pero nuestros cumpas como maduros que son en su lucha, se ríen. Cuando llaman a asambleas, asisten sus mujeres e hijos”. Afirmó que “el viaje a Pekín, no es urgente por ahora. Lo que es importante para la lucha es nuestro contacto que debemos mantener con nuestros c.c.”. La FSTMB realizó asambleas en Siglo XX, Catavi, Huanuni, Santa Fe, Japo, Morococala, para organizar el XIII Congreso Nacional Minero de Siete Suyos, en el que Natalio participó clandestinamente, siendo ratificado como Secretario de Conflictos. Trabajó en Songo, Chacarilla (mina de cobre) y Anaconda, donde fue delatado y apresado.

La Comibol reconoció el derecho de readmisión al trabajo a todas las personas detenidas, pero excepto Natalio Mamani, Waldo Tarqui, René Chacón, Corsino Pereyra, Alberto López y Juan Arce, a pesar que el Gobierno del Gral. A. Ovando ordenó por decreto la reincorporación y el pago de beneficios sociales de dirigentes despedidos entre el 1° de enero de 1965 hasta septiembre de 1969. En 1970 un Cabildo Abierto en Corocoro lo eligió Sub-Prefecto, cargo que ocupó hasta la caída del Gral. Torres, cuando “lo detuvieron y lo enviaron a La Paz, incomunicado”. El 16 de junio de 1972 se ordenó su liberación pero estuvo preso hasta fines de 1973, siendo nuevamente detenido por seis meses en 1974”. Fue confinado en Coati y conoció todas las “casas de seguridad”: la DOP, Achocalla, Viacha (Chonchocoro). Fue “´apresado por agentes de la DOP el 23 de agosto en la puerta del Cementerio General”. La Comsur presionó para mantener alejado a Natalio Mamani de Milluni.


El “Gran Natalio” y su esposa Valencina Apaza, hacia 1980.

El final del “Gran Natalio”

Recuerda con amargura: “Mi esposa y mis hijos han pasado hambre y necesidad mientras que yo he soportado destierros y continuas detenciones, hasta hace pocos días en la que la valerosa huelga de hambre de amas de casa y niños mineros (diciembre, 1978), con el apoyo generoso de nuestro pueblo, ha logrado que se amplíe la amnistía y podamos, los que estábamos en el encierro, recuperar nuestra libertad”.

Juan Lechín lo calificó como el “Gran Natalio”, héroe de las jornadas de abril de 1952 y de la resistencia de Milluni el 24 de mayo de 1965. El XVII Congreso Nacional de la FSTMB “no vaciló en tributarle de pie, un justo reconocimiento a su valor y sacrificio puestos a todas prueba a lo largo de toda su vida de luchador infatigable y por cuya causa ha sido relegado a la situación de desocupado desde hacen varios años atrás”, a tiempo de reiterar su pedido de reincorporación.

A diferencia de muchos dirigentes, no amasó fortuna, inclusive renunció a la renta de jubilación. Era un visionario que cultivó el amor por los libros, formando dos bibliotecas. La primera tuvo trágico final, pues a raíz de la sañuda persecución del Gobierno del Gral. René Barrientos, ingresó a la clandestinidad y el dueño de casa, temeroso por una posible requisa, trasladó los libros a Tiahuanaco donde los sepultó, desintegrándose con el tiempo. Su segunda biblioteca sobrevive en la casa de su familia.

Comsur nunca lo reincorporó y optó por otorgarle una concesión en calidad de Locatario, hasta su muerte en La Paz el 26 de junio de 1991. Cumpliendo su último deseo, sus restos fueron enterrados en su tierra natal Corocoro. Dejó a sus hijos, como herencia, una profesión y al país, un legado: su Diario de los sucesos de mayo de 1965, historia íntima de la resistencia de Milluni contra la dictadura.

Fuente.

Suplemento "Crónicas" (pdf) - 20/02/2022

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