A Corocoro en dos ruedas

 A mi madre Yolanda Chuquimia, quien mediante su memoria hecha palabras, mantuvo el recuerdo vivo de los sucesos cotidianos de Corocoro.

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por Mario R. Duran Chuquimia (*)

Desde hace años, José Escobar organiza una travesía sobre dos ruedas, denominada “A Corocoro en Bici”, cuyos participantes recorren el altiplano paceño en caravana, uniendo la ciudad de Viacha con la ciudad de Corocoro, a fuerza de pedales recorren los 70 km que separan ambas ciudades. Viacha se encuentra a una altura de 4200 m.s.n.m. y Corocoro a 4020 m.s.n.m.

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Los ciclistas recorren una carretera asfaltada atravesando las poblaciones de Botijlaca, Comanche y el puente sobre el rio Pontezuelo, para concluir su ingreso en la plaza 15 de agosto de la ciudad de Corocoro. Corocoro, posee una rica historia y en determinados momentos fue protagonista de hechos históricos, como su nombramiento como ciudad capital del departamento de Mejillones, la presencia del ejercito indígena de Pablo Zarate Willka en sus calles de Corocoro, ser cuna de ilustres figuras, de las cuales, destaca el líder sindical Juan Lechín Oquendo y cuna del traje y la danza del Chuta. Aunque después de la “relocalización” neoliberal, la ciudad de Corocoro perdió su esplendor y sus habitantes abandonaron la población, para reencontrarse en determinadas fechas festivas propias de Corocoro.

La practica del ciclismo fue relevante en Corocoro, el periódico “El Comercio” en su edición del sábado 6 de noviembre de 1897, resaltaba que Ole Sanstad, recorrió en bicicleta la distancia que separa La Paz y Corocoro, es decir, recorrió 64 millas en seis horas y media, por dicho récord, el “Club Ciclista de Corocoro” le hizo llegar un telegrama de felicitación; se debe tener presente que en dicha época la mayor parte de los caminos en Bolivia eran de herradura y que el medio de transporte mas común, era a lomos de mula y caballo, carretas y para las mayorías indígenas, a pie; incluso en determinadas épocas del año, en particular, la temporada de lluvias provocaba la crecida de ríos que impedían el paso, tal el caso del rio Pontezuelo aledaño a Corocoro.

Fuente: José Pradel (2021)

El mismo periódico reseñaba la fundación del Club Ciclista, cuyos socios eran “distinguidos caballeros, un cura, dos señoras y una señorita”. Se debe tener presente, que a finales del siglo XIX y durante el siglo XX, Corocoro era un enclave poblacional cosmopolita, por la lista de apellidos de los socios que conformaban el Club Ciclista, se puede presumir la presencia de estadounidenses, franceses, ingleses y bolivianos.

Fuente: José Pradel (2021).

Así también, el periódico “El Telégrafo”, en su edición del lunes 27 de septiembre de 1897, publicaba una carta abierta dirigida al señor Augusto Hanhart, uno de los principales ciclistas de la ciudad de La Paz, donde los representantes del Club Ciclista de Corocoro, Ole Sanstad y Leonel Barber, preguntaban por la existencia de un club que compartiese la afición del ciclismo con el que pudieran establecer relaciones. También dicho medio de prensa cuestionaba al clérigo por su participación en el Club Ciclista y esperaba que no siga los pasos del reconocido escritor Emile Zola, reconocido aficionado al ciclismo y a fotografiar féminas en bicicleta.

Fuente: José Pradel (2021)

Según el periódico Los Tiempos, el primer club ciclista fue creado en 1925, que se denomino “Ciclo Club Cochabamba” , años después se crearía un club ciclista en Oruro, por lo que corresponde averiguar si el Club Ciclista de Cororoco, fue uno de los primeros clubes de dicha disciplina deportiva en Bolivia. En tiempos actuales, la bicicleta tiene una importante participación en la sociedad boliviana, tanto como medio de transporte ecológico y como practica de vida sana. Aunque las autoridades bolivianas de los tres niveles de gobierno, apoyan tenuemente a las iniciativas relacionadas con la bicicultura.

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Espero que la iniciativa “A Corocoro en bici” perdure a través del tiempo y que el gobierno municipal de Corocoro así como otras autoridades en gestión publica, apoyen esta sana iniciativa, habilitando ciclovías en Corocoro y apoyen y fomenten la saludable practica de la bicicultura.

(*) El autor vivio parte de su niñez en Corocoro.

Notas:

Las fotografías de los periódicos citados fueron hechas por el historiador José Pradel, quien gentilmente compartió las mismas con mi persona. Las imágenes de “A Corocoro en bici” fueron extraídas del grupo “El Click”.

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