LA MAGIA DE UNA TRADICIÓN COROCOREÑA: LAS SALTEÑAS DE "LA RAJCHI".



Autora: Daisy Reyes Dorado Criales

La casa que sobrevive en la esquina de la Av. Mayor Roberto Carrasco y la Cruz Verde, de arquitectura del primer cuarto del siglo XX, construcción asentada sobre pedrones de formas diferentes, sirviendo de cimientos para sostener las paredes que fueron levantadas con masa de tierra húmeda mezclada con paja brava (adobe) y techo cubierto con paja y barro amarrados con tientos o lazos de cuero, a cañahuecas y pequeñas maderas, infunde un sentimiento de identidad y continuidad de la tradición Corocoreña.
En esta casona de una sola planta y enclavada en plena esquina, resaltan espacios para el comercio en ambas calles y una puerta de fierro que da ingreso a la propiedad, la cual tenía más de 20 ambientes y un frontón donde se libraban extensos partidos de mano y raqueta, cuyo propietario era el Sr. Roberto Linares, posteriormente fue heredada por su hija la Prof. Celia Linares Rueda, quién trabajó en la Escuela Vicenta Juaristi Eguino.



En estos espacios se desarrollaron y organizaron las principales actividades de la familia Linares Rueda, sin embargo, este inmueble también fue residencia de honorables familias Corocoreñas, quienes vivieron al amparo del inquilinato. Y es justamente que, en esta condición, hacia la década de finales de 1940 la Sra. Sara Gutiérrez de Roca, apodada “La Rajchi”, estableció junto a su esposo, su vivienda y una tienda en la que entre otros productos se comerciaban las riquísimas empanadas de queso, los alfajores y salteñas en la que más tarde fue conocida como la esquina de las “SALTEÑAS DE LA RAJCHI”.
A la muerte de la Sra. Sara, heredó el negocio su sobrina Norah Gutiérrez Neyroth, quién por más de medio siglo vive en este lugar, manteniendo la tradición de la elaboración y venta de las salteñas, que se constituyen en la referencia ineludible de todo Corocoreño, por su tamaño y exquisitez de esta empanada rellena con carne de res y pollo, huevo duro, aceitunas y especias que son horneadas a leña. Cuya preferencia permite apreciar: ¡LA MAGIA DE UNA TRADICIÓN COROCOREÑA!.



Quienes conocemos el legado de este bien inmueble, podemos acreditar que Doña Norah, no sólo heredó la tradición de las salteñas, sino también, el lugar y espacio de venta, que así aparece en el último censo del año 2012, quién además confirma la posesión continúa, pública, pacífica y de buena fe del bien inmueble por más de 50 años. Constituyéndose así, en una relevante y representativa tradición, que todos los corocoreños debemos preservar, mantener y proteger de cualquier amenaza que pueda dañar su valor patrimonial humano viviente de la diversidad cultural de Corocoro.
Eso y mucho más, significan: ¡ LAS SALTEÑAS DE LA RAJCHI !
Fotos del muro de: Isaác Flores Flores, Fico Valeriano Gonzales y Tito Gutierrez.

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