de Antonio Paredes Candia Pues cuentan que hace mucho tiempo un cacique sabio gobernaba la ciudad de Corocoro con justicia y bondad. El anciano tenía dos hijos, un varón, que había heredado la prudencia y sabiduría del padre, y una muchacha, bella como nadie. Un día llegó un extranjero hasta la casa del cacique. Venía, según aseguró, de tierras lejanas y quería pedir la mano de la hija. El muchacho era fuerte y hermoso, y esperaba ser aceptado. El cacique, sin embargo, le respondió de esta manera: -Hermoso joven, tu petición me honra, pero eres un perfecto desconocido. Nada sabemos de ti ni de tu pueblo. ¿Puedes mostrar alguna prenda de tu origen? Al muchacho, que no esperaba esta respuesta, las palabras del anciano le hirieron profundamente. Calló y, en silencio, abandonó el lugar sin que nadie en Corocoro se diera cuenta. Pasó algún tiempo, y la historia del pretendiente de la hija del cacique se había olvidado. La muchacha estaba enamorada de un joven y co
Eso es toda la verdad, Desde antes se bailaba,se baila y se bailara el chuta en los carnavales de Corocoro.
ResponderEliminar